Olía a tomillo
albahaca y romero .
Un gran silencio
en aquél bosque,
todo lo envolvía.
Comenzó una brisa
que traía olor a fuego.
A lo lejos se podían ver,
las llamas.
Los árboles se agitaban
temían perecer.
Pero el hombre
a tiempo llegó.
Los árboles sonreían
se habían salvado
que alegría tenían.
En aquél instante,
la naturaleza se sintió
feliz.
Y los humanos seguirían
teniendo, aquél bosque
de vida sin fin.
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